C & D.Cosquillas y Dragones Ch. 02

Historia Información
Una bella elfa bebe una poción que es mágica...y afrodisíaca.
9.9k palabras
4.8
4.5k
00

Parte 2 de la serie de 3 partes

Actualizado 03/18/2021
Creado 05/25/2013
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C & D. Cosquillas y Dragones.

Libro Uno. De la Elfa Eldara y otras Creaturas.

Capítulo Dos. Fuego y Pasión.

I. Un visitante inesperado.

En el bosque de Dorielle sobresalía la Torre Blanca de la Hechicera Eldara.

Dentro de ella, estaba el Laboratorio de Alquimia, en él había un centenar de recipientes de cristal: matraces, viales, tubos de ensayo y demás menesteres propios de esa ciencia.

En el centro estaba una larga mesa, estaban diferentes contenedores conectados entre sí. Unos recipientes hervían, otros humeaban vapor, otros revolvían su contenido, otros transportaban líquidos de unos matraces a otros y en cada viaje que hacían las sustancias cambiaban rápidamente de color.

El líquido primero era azul, luego verde, luego rojo, luego violeta, luego café, luego anaranjado, etc.

En todo ese conjunto de objetos que estaban en esa gran mesa del centro, había al menos unos treinta recipientes conectados entre sí, y cada uno tenía una función distinta.

Eldara estaba sentada en un cómodo sillón. Parecería una estatua si no fuera porque andaba acariciando con una mano la cabeza de su más reciente compañía. Totín.

Su acompañante era un imponente lobo worg, el mismo que días antes la embistió cuando estaba siendo montado por la orca Grunilda y que posteriormente fuera transmorficado en conejo. En uno de sus paseos por el bosque, la maga vio a al torpe roedor, al que finalmente reconoció, y optó por volverlo a la normalidad.

El comportamiento inicial del canino fue muy agresivo, lo que en vez de molestarle a la Elfa, hizo que le produjera interés, y en pocas horas se formó una estrecha relación entre la rubia y la bestia del Este, y pronto el lobo encontró un nuevo hogar en la torre mágica.

El worg fue renombrado como Totín, ahora contaba con un collar de piel de color rosa, que estaba adornado con diamantes en forma de picos. El cuadrúpedo estaba al lado de su nueva ama mientras ésta observaba fijamente uno de los matraces.

Eldara, en forma detenida, veía como goteaba en este recipiente un líquido transparente, que poco a poco lo iba llenando. Este era el frasco en el que iban a parar todas las sustancias que eran hervidas, centrifugadas y mezcladas, era el punto final.

Y después de unos cinco días de estar destilando su preciada y "costosa" fórmula, aguardaba con detenimiento como se llenaba el objeto de cristal... estaba impaciente por averiguar si la poción podría quedar finalmente terminada.

"--dara" "ldara" "eldara" "Eldara" "¡ELDARA!". De una de las ventanas se escuchaba una voz, que si bien se oía lejana, se alcanzaba a escuchar que llamaba a la Elfa. "¡Eldara! ¡Soy yo! ¡Déjame entrar! ¡Es importante!."

Fuera del bosque, en la entrada de la Torre, se encontraba un humano llamando a la maga.

Su nombre era Sir Vinx'tl de la Casa de Nex.

Era un paladín de la Orden de Obsidiana.

Como la mayoría de los caballeros de esa orden, era descendiente de la raza que habitaba el Lejano Reino de Atlan-titán. Un antiguo Reino en el que se veneraban a diferentes deidades que adoptaron figuras de dragones con plumas.

Debido a la caída del Antiguo Imperio Humano y la Decadencia de las Razas Mortales (eventos que acontecieron hace cinco mil años, al final de la Quinta Era), los dioses de Atlan-titán, en especial Quelsar-Kor, decidieron alejar el continente en el que estaba esa Nación e internaron esa Gran Isla en las profundidades de los Océanos, quedando prácticamente inalcanzable para las Naciones del Oeste.

Sin embargo, con motivo de la Guerra de las Alianzas, que aconteció hace quince años, el Dios Quelsar-Kor, dirigió a una gran flota para que cruzara el Gran Mar y se uniera con sus aliados humanos, elfos y dwarfos, y pudieran derrotar a su Enemigo Común.

De tal manera, que debido a la guerra de hace quince años, los Paladines de la Orden de Obsidiana, quienes viajaron en esa flota, se quedaron varados en los Reinos del Oeste, y ahora sirven como defensores de estas tierras.... Aun cuando sus castillos y deidades se hubieren quedado del otro lado del mar.

Sir Vinxent Nex, que era como lo llamaban en estas tierras, portaba una armadura color gris oscuro, que estaba compuesta por una aleación de mithril y thorium, y la cual estaba adornada en casi todas sus partes por cristales de Obsidiana, lo que le confería a la armadura una gran resistencia a la magia.

Tenía una capa negra, con el emblema de Quelsar-Kor en color plata. El emblema era un dragón de dos patas y dos brazos alados, un cuello largo y una cabeza de la que se desprendía un mechón emplumado.

En su cintura tenía una espada con mango de color plateado, y la hoja, que estaba envainada en su funda, era de un color negro brillante, también estaba forjada con el Mágico Mineral de Obsidiana, un elemento que se consideraba casi sagrado para su raza. El Nombre de la Espada era Aztral.

Caminaba de un lado para otro, hasta que se decidió quitar su casco para poder gritar con más fuerza: "¡Eldara! ¡Ábreme de una vez!."

Debajo del casco tenía una cabellera negra, no era larga, pero era evidente que ya le hacía falta un corte, su pelo estaba algo alborotado, y le daba un look despeinado; también tenía barba de hace unos días.

Sus ojos eran oscuros y su piel también tenía una tonalidad morena, que si bien no era de una tonalidad de las razas del Continente Selvático, donde los hombres tenían una constitución física más delgada y musculosa; su piel no era común de verse en esas Tierras, a menos de que alguien se hubiera asoleado demasiado.

Los atlantidans (la raza que proviene de Atlan-titán) tienen sangre oscura, no propiamente roja. La Leyenda dice que descienden del propio Quelsar-Kor, y que su sangre está mezclada con obsidiana y que por eso son resistentes a los poderes arcanos.

Se dice que mientras más alto sea el estirpe más oscura es la sangre, y lo cierto es que la Casa de Nex pertenece al Noble Linaje de los Reyes de esa Lejana Nación, y que por ello, Vinxent es inmune a los encantamientos mágicos, es decir, por sus venas corre una sangre negra y noble que sin duda está combinada con ese preciado material que le brinda muchas resistencias a los encantamientos.

El cuerpo del Paladín era de estatura mediana y su complexión era la común entre los caballeros de la época.

"¡Eldaraaaaa!"

La Elfa seguía viendo como el matraz se llenaba gota a gota con la sustancia transparente, parecía como si estuviera hipnotizada contemplando como la fuerza de gravedad que hacía que el líquido cayera lentamente en el contenedor.

Dentro de su meditación, estaba casi segura que alguien pronunciaba su nombre... Y sin prestarle mucha atención, se puso a pensar cuanto tiempo pasará hasta que se hubiera retirado la persona que la estaba invocando ¿Días, semanas, meses, años? Por ahora, todo lo que importaba era la destilación del brebaje. Y así pasó una hora.

Sir Vinxent había encontrado en el Bosque una entrada oculta a la Torre, estaba seguro que debía haber una, y finalmente dio con ella.

El pasadizo daba hacia los túneles subterráneos del hogar de la Elfa.

Al salir de un estrecho corredor se encontró con un pasillo principal, por su experiencia sabía con seguridad que esto debía tener una o varias trampas. Vio las losas del piso, trató de encontrar patrones y por una fracción de segundo alcanzó a esquivar un dardo que salió volando de algún orificio de la pared. Siguió avanzando, y una docena de dardos salían de todas partes. Varios los esquivó y otros pararon en su armadura. Finalmente siguió avanzando, hasta que sintió que descubrió la forma correcta de caminar para no activar más trampas.

Dos pasos después, avanzó, y un piso falso abrió un vacío en el suelo. Por una milésima de segundo alcanzó a saltar y esquivar lo que parecía una caída fatal.

Siguió avanzando, dio vuelta en un corredor, y de pronto, una piedra redonda gigante se abalanzo hacia él. Su muerte parecía segura, parecía un impacto que su armadura no podría detener. Desesperadamente corrió tratando de escapar de su destino, pero al fondo vio como una puerta que salía del techo cerraba su camino. No estaba seguro de poder escapar...

Mientras, que unos cuantos de pisos arriba....

"..... ¿Qué pasa Totín?... ¿Tienes hambre?... Perdona perrito, se me olvidó tu desayuno." Le dijo Eldara a su formidable creatura come-humanos, y en eso se paró, y se dirigió con su mascota a la cocina.

En el área de calabozos, Lord Nex estaba aún estaba jadeando por el último sprint que tuvo que hacer para no acabar aplastado.

Ahora estaba buscando el camino para llegar con la maga. Afortunadamente su Dungeoneering, es decir, sus conocimientos de laberintos y prisiones, era alto, por lo que avanzó con facilidad.

Alcanzó a pasar el área de celdas deshabitadas, y en la entrada principal de la prisión, estaba una estatua de un enano con una armadura roja, probablemente ese colorado material sea metal dwarfico, a su lado había una gigantesca hacha que al menos pesaba unos 300 kilos. No tardó mucho para darse cuenta de que era un Golem Guardián. Sabía bien que ese modelo lo vendían en Dun Dwarvor y que era muy efectivo evitando motines. La estatua de la nada cobró vida y se lanzó hacia el visitante. Vinxent empuñó a Aztral, y grito: "¡Por Quelsar-Kor!", y una aura de luz dorada lo cubrió y su espada adquirió un extraño resplandor de luz negra.

Totín estaba saltando con sus patas traseras y moviendo la cola en forma impaciente, esperaba que su ama le sirviera la comida.

Eldara enseguida agarró una rebanada de pan élfico que tenía en su despensa, lo puso en el inmenso plato del lobo. Empezó a mover las manos, pronunciar versos en su idioma natal, casteó el ritual de "Conjurar Alimentos" y en un instante el pan se convirtió en filetes de carne.

El plato de la bestia negra estaba repleto de cortes de ternera, venado e incluso unicornio. Piernas de cabrito, cerdo y faisán, también adornaban el platillo. Y encima de ellos estaban cubiertos por rebanadas de jamón y trozos de tocino.

El ritual tenía la habilidad de potencializar ingredientes naturales como nueces, cereales o pequeñas porciones de comida, en platillos más abundantes y diferentes. Pero dependía la calidad de cada mago para conjurar un platillo delicioso y abundante. Probablemente Eldara era la mejor cocinera mágica de Etéreos.

Sir Nex no podía creer lo resistente que había resultado el Golem "Cada vez los hacen más resistentes..." pensó. Y estaba particularmente molesto porque la estatua viviente había logrado causarle un rayón a su armadura.... Empezaba a perder la paciencia.

Enseguida abrió una puerta, y vio un pasillo con muchas puertas. Al azar abrió una puerta de ese pasillo, y al hacerlo, escuchó como la primera puerta se cerró. Al cruzar la segunda puerta, se dio cuenta de que era otro pasillo, con muchas puertas igual al primero, abrió otra puerta, y se dio cuenta de que era un nuevo pasillo, idéntico a los dos pasados, con el mismo número de entradas.

El paladín tuvo un mal presentimiento, y se regresó por todas las puertas que había entrado, y en vez de llegar al lugar de origen... vio como llegaba a otro pasillo con muchas puertas... Era un laberinto mágico.....

Eldara se sentó en su sillón. Volvió a ver como gota a gota empezaba a llenarse el recipiente.

"Falta poco pensó".

Vinxent: "Oh Gran Dragón, Transmite tu Poderoso Fuego de Cristal a esta espada, la Legendaria Aztral, para que tu fiel sirviente, Vinx-Etlan, pueda cumplir su cometido". Después de esa oración, la espada volvió a brillar. De un sablazo partió en dos la puerta que estaba frente de él, y en ese momento pudo ver al fin el camino que no encontraba y siguió su andar.

Llegó a un gran cuarto largo en el que en el centro había un enorme cristal de al menos tres metros de alto por cuatro de largo. Las paredes y el techo estaban llenas de espejos.

Justo cuando el Paladín había avanzado algunos pasos, el cristal empezó a emitir rayos de energía que se dirigían al intruso.

Con estocadas de su espada, el atlantidán fácilmente logró desviar las ráfagas de energía, pero el cristal hacía carambolas con los espejos de la pared y del techo, lo que hacía que las ráfagas no fueran tan fáciles de esquivar, afortunadamente su armadura era muy resistente contra los ataques de energía mágicos y pudo acercarse al cristal y partirlo en mil pedazos.

Una gota, dos gotas, tres gotas... la última gota. Con la última porción del líquido transparente, todo el contenido del matraz se empezó a colorear de un tinte rojo, un tinte rojo y brillante.

"Ferius Dracarys Arcanistiel!" Exclamó la maga con excitación.

"Al fin, lo conseguí.. ¡Parece que lo conseguí! ¡Jajajajaja! ¡La Poción de la Llama Interna es toda mía!... Bueno ahora sólo falta probarla....Pero, el cuerpo, el tono y la viscosidad corresponden a la receta! ¡Ésta debe ser!.

Vinxent: "Vaya, una armería, debo de estar cerca, parece que lo peor ya pasó"

En eso, de diferentes esquinas del lugar, de entre las diversas espadas y lanzas, aparecieron unas 8 cimitarras voladoras, se juntaron en pares y una chocaba contra la otra, mientras sacaban chispas del impacto.

Vinxent: "Dragones emplumados...."

Las ocho espadas mágicas se lanzaron contra el intruso.

Eldara con delicadeza agarró el recipiente con el líquido rojo brillante. Al momento de sujetarlo se dio cuenta del impresionante poder que tenía. Nunca había sentido algo así en una poción. La mente de Eldara era un torbellino que estaba siendo atormentada por la excitación y la curiosidad. Tan sólo alcanzó obtener 250 ml. Haciendo un cálculo sobre el potencial de esa poción, dividió el brebaje en cinco pequeñas botellas de 50 ml. Según sus cómputos, un solo trago del brebaje haría un efecto completo, y cada frasco alcanzaba al menos 4 o 5 tragos pequeños. "Esto será suficiente".

Después de subir corriendo incansables escaleras, por fin, alcanzó a confundir a la última cimitarra voladora, luego, de un fuerte golpe la hizo volar en pedazos. Enseguida siguió avanzando, sabía que ya estaba en la parte media de la torre y que estaba más cerca de encontrar a Eldara.

En eso, pasó por una sala en la que había cuatro pequeñas piscinas de unos dos metros de diámetro. Una estaba llena de agua, la otra de carbones con brasas, la tercera con arena y la cuarta con hojas secas. En ese instante, de la piscina de agua apareció un ente, un cuerpo voluminoso con ojos azules, brazos robustos y totalmente formado con agua. Un cuerpo similar apareció en la piscina de brasas, pero este estaba formada de fuego, y en la de la arena, apreció el mismo cuerpo hecho de ese mismo material desértico, y en donde había hojas, estas volaron dibujando la silueta del mismo ente, pero este estaba formado por aire.

"Elementales... lo que faltaba." Exclamó Vinxent. "A la batallaaaaaaaaaa" Los cuatro monstros se lanzaron sobre el guerrero.

Eldara estaba ahora en el Salón Principal. Era un cuarto muy grande, en el que al principio estaba una gran puerta, luego le seguía un largo pasillo, luego unos cinco escalones, y en la parte superior el trono de la maga. Al lado del trono estaba su esfera de clarividencia.

La maga ya había guardado cuatro de las cinco botellas. En su mano tenía la quinta.

Había abierto el tapón. Estaba oliendo el brebaje, inconscientemente andaba descifrando si la esencia de Grunilda todavía era perceptible, pero lo cierto es que los ingredientes se habían modificado demasiado. Temblaba tan solo de pensar el gran poder que tenía entre sus dedos.

En eso se abrió la puerta del Salón...

Era Vinxent quien estaba con su arma empuñada y su armadura totalmente sucia por su accidentado viaje hasta este salón.

Eldara: "Oh, Vinx, bienvenido... No sabía que eras tú... De haberlo sabido te hubiera abierto la entrada principal... Es más, ¿cómo pudiste llegar hasta este lugar?."

Vinxent hizo una mueca incómoda y respondió: "A esto me dedico Eldara..., los calabozos no guardan secretos para mi... la próxima vez procuraré traer a un Ogro que anuncie mi llegada desde el jardín, quizás así puedas oírme".... Dijo todavía jadeando por sus anteriores batallas. Apenas ahora enfundó su espada y se despojó de su casco.

Eldara: "Jo jo... Siempre tan ocurrente, descuida, Prestat Niaren a mi humilde morada, es un gusto verte."

Vinxent: "El gusto es mío, Bella Elda.....Disculpa" En eso Vinxent se dio cuenta que desde que llegó, andaba contemplando la voluptuosa anatomía de Eldara y que esta no estaba del todo cubierta.

Como era común cuando ella estaba sola en su torre, únicamente se cubría con sus panties blancas de seda.

El visitante, se volteó 90° grados y procuró desviar la vista de los grandes y firmes melones de la maga, sus rosados pezones, su bella cintura, sus bellas caderas y sus deliciosas, bien torneadas y blancas piernas.

Si bien, la última vez que la vio, fue hace más de tres años, en una época en la que entonces sostenían una especie de relación, e incluso en aquellos tiempos se despidieron en una romántica alcoba en la que constantemente el paladín acariciaba todo el cuerpo de la rubia... A su parecer, no era correcto entrar al hogar de Eldara y entrar tempestivamente a sus aposentos mientras esta estaba semidesnuda. El sentía que debía guardar las formalidades de su actual no-relación.. por lo que desvió la mirada, aunque sabía que no había un recoveco de ella que no conociera o que no hubiera poseído.

Eldara se dio cuenta de la situación y rápidamente se cubrió las tetas... los modales del Paladín, sólo hicieron que se avergonzara más... pero trató de aparentar estar segura de sí misma y dijo "Descuida Vinxent, voltea, así me siento cómoda, no tienes porqué avergonzarte". Dijo la maga tratando de aparentar una falsa confianza consigo misma, mientras bajaba su mano y su rostro se pintaba totalmente de rojo. "¿En qué te puedo ayudar?"

"Disculpa mi intromisión de esta manera... lo que pasa es que... Arrrggg...."

En eso el temible worg aparecía por atrás... Era una bestia descomunal y de un salto había derribado al caballero al suelo.

Con reflejos que sólo los da la experiencia en el combate, el paladín alcanzó a girar y a tratar de detener al gigantesco lobo.

"Maldita sea" pensó el atlantidán, "Las tetas de esta muñeca distrajeron mis sentidos"

El guardián de la elfa no había desperdiciado la ventaja que tenía, sus 350 kilos estaban sobre él y al ser un animal de batalla experimentado, sabía que el único punto débil que tenía era la parte sin armadura y enseguida le lanzó una mordida fatal a la cabeza del caballero, la boca de la bestia era tan grande que sin duda, con esa tarascada podría decapitarlo.

Sin embargo, Vinxent alcanzó a sujetar las fauces del cuadrúpedo justo antes de que las cerrara sobre su cráneo, pero los músculos en su mandíbula eran muy poderosos, estaba en un terrible combate por su vida.

Justo antes de que el no-invitado tratara de hacer una llave arriesgada sobre su opresor, la anfitriona mencionó "Totín, no.. Dejálo.. Suficiente..."

"Mmmpphh.. mpphh... mpphh..." El temible lobo empezó a gemir, bajar las orejas y a poner el rabo entre las patas... enseguida se fue lentamente a lado de su ama como perro regañado.

En el piso, un cansado paladín se encontraba recobrando el aliento "Con... Conque tienes un lobo worg eh? Cada día me llenas de sorpresas amiga"

Eldara: "Si, Totín es un nuevo amigo... digamos que fue un obsequio de una vieja amiga".

Vinxent: "Si, me imagino lo voluntariamente que esa persona del Este te obsequió ese cachorro... Eldara, necesito tu ayuda."

Eldara: "Me lo supuse."

Vinxent: "Los clérigos de mi orden tuvieron una visión... Un Antiguo Dragón, de al menos treinta mil años, está azotando a la pequeña ciudad de RexMont en Atlan-titán; su poder es demasiado grande... además.. mi amigo Tezcal está en peligro... Por favor, ayúdame a cruzar el Gran Océano, no sé si pueda llegar a tiempo si no lo logras..."