El Viaje

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En busca del conocimiento.
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Parte 1 de la serie de 4 partes

Actualizado 06/07/2023
Creado 02/25/2015
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El viaje

En busca del conocimiento

"Este relato está inspirado en una novela de Isaac Asimov, quién siempre en sus novelas dejó latente un erotismo de una enorme imaginación. Yo, humildemente, continúo parte de su relato en donde él lo dejó. Espero que no se remueva en su tumba"

Empieza la búsqueda

1

"Estimado amigo, tengo que encontrar la Tierra y para ello debo viajar a Comporellon, estoy seguro que allí encontraré la información que busco" le dijo Trevize a su amigo Pelorat.

"¿Tengo? No lo tomes como una ofensa, Golan, pero tú sabes que yo soy el experto en desentrañar los mitos y leyendas que existen acerca de la Tierra (si es que existe) y que pueden guiarte en lo que buscas. Yo deberé acompañarte en ese viaje"

"Y dejar a Bliss? ¡Vamos, hombre, si recién la vienes conociendo y la vas a abandonar!

Pelorat se sonrojó ligeramente. "No quiero hacer eso, viejo amigo; pero ella dijo...

Trevize frunció el ceño y no lo dejó terminar.

"Entonces, ¿es ella la que trata de librarse de ti, Janov?

"No, no lo entiendes. Escúchame Golan, por favor. Bliss desea venir también, desde el momento en que tu lo comentaste anoche."

Pelorat lo miró y continuó: "Yo sé que has mostrado cierta reticencia para aceptar nuestra relación. Incluso he notado cierta antipatía que muestras hacia ella. No me lo puedes negar, Golan."

"Si es cierto, Janov. Nunca entendí muy bien que tú, con esos aires de académico hayas entusiasmado a esta joven que podría ser tu hija. Perdóname la franqueza".

"Bueno, Golan, al parecer tus años de celibato te han hecho olvidar que se puede conquistar a una mujer de muchas maneras, incluso con mis aires de académico como dices tú. Pero, bueno, cómo conquisté a Bliss no es el tema, sino que Bliss está dispuesta a dejar de lado tu antipatía hacia ella y ser mi compañera de viaje y, por supuesto, la tuya"

"Tú sabes Janov, que la nave no fue diseñada para viajes de placer y menos para acomodar a una pareja en su luna de miel, como sería este caso, ya que tú llevas...cuanto... ¿un mes con Bliss? Y a ambos les queda mucho camino por recorrer, y me refiero desde el punto de vista sexual y no dudo que este viaje les vendría de perillas."

Pelorat se sonrojó nuevamente, como un chico pillado masturbándose al preguntarle.

"¿Y a qué te refieres con el diseño? "

"A que las cabinas para dormir están contiguas y no son para nada insonorizadas. Y por lo mismo eso sería incomodo tanto para ustedes como para mí"

"Golan, tendré el mayor cuidado de no incomodarte, te lo prometo y, en todo caso, le mencionaré a Bliss lo que me has comentado".

Trevize lo miró por un momento como para decirle algo, pero salió de la habitación sin agregar palabra. Temía ofender a su amigo si le contaba que además cada cabina podía ser monitoreada, grabada y dejada transparente desde la sala de comandos si él así lo decidía, ya que era una medida de seguridad de la nave, para que pudiera saberse en todo momento del estado físico de cada uno de los tripulantes.

2

Aquella tarde después de conversar con Trevize, Pelorat decidió contarle todo a Bliss. Quería primero, decirle que había convencido a Trevize de que irían los tres en ese largo viaje, y segundo, darle a conocer sus comentarios respecto de los aposentos o cabinas de la nave de los cuales le había informado su amigo.

Sentados en la cama, Bliss había seguido su relato sin mostrar ninguna sorpresa; pero, cuando él le contó respecto del segundo tema, Bliss lo miró con asombro y le dijo: "¿Pero, por qué te preocupas? Tú sabes que en nuestro planeta no ocultamos nada. Tenemos la convicción de que el ser aislado que se oculta de otro, miente. Nosotros nos hemos educado para no mentirnos, precisamente porque alguno de nosotros tenemos la capacidad de entrar en la mente de la persona que enfrentamos, y en algunos casos influir. Eso nos permite ser totalmente abiertos. Así que no me va a importar que hagamos el amor con tu amigo en la cabina del lado. Claro está que tendremos que cuidar nuestros arrebatos, por razones obvias. ¿Te parece, querido?"

"Bueno, sí. Si tú no tienes inconveniente, tampoco yo", le contestó Pelorat.

"Y ya que hablamos de arrebatos, ¿qué te parece que juguemos un poco" le dijo la muchacha, mientras se desprendía la túnica que llevaba.

Pelorat miró complacido sus pechos que ahora mostraban unos pezones erguidos. Ella siempre mostraba un ardor y una urgencia sexual cada vez que estaban solos, que a él lo halagaba y al mismo tiempo hacía que su erección fuera más firme. Claro, lo que él no sabía era que Bliss era caliente por naturaleza.

La muchacha hizo que se irguiera en la cama y lo ayudó a desprenderse de su ropa, manteniendo siempre fija su vista en el pene de Pelorat que había comenzado a hincharse. Se lamio los labios y se arrodilló junto a él.

Con sus dedos acarició la textura de la cabeza que parecía un hongo, y paso lentamente su lengua por ella. Sintió de inmediato la reacción cuando se endureció aún más en su mano al bajarla a lo largo del miembro. Sus dedos apenas podía abarcar el miembro de Pelorat, cosa que a ella le fascinaba, recordando cómo esa carne dura abría su vulva cuando la penetraba. Lamió de nuevo la cabeza que había comenzado a chorrear ese líquido transparente que tanto le encantaba a Bliss.

Abrió aún más su boca, colocó el glande sobre su lengua y lentamente, mirándolo fijamente, lo fue introduciendo en su boca hasta que su nariz chocó contra su propia que asía la base.

Lentamente lo volvió a retirar mientras su lengua no cesaba de acariciarlo. Pelorat la miraba excitado con su juego que no cesaba. Cuando Bliss, después de un largo rato succionándolo y sintiendo que su vulva palpitaba de deseo, acercó sus rodillas a ambos lados de las caderas de él, levantó las suyas y tomando su miembro erguido insertó la cabeza que se deslizó suave en su bien lubricada vulva.

"Ah, esto es una delicia!" susurró Bliss cerrando los ojos mientras sus caderas caían una y otra vez contra el pubis de Pelorat, sintiendo su duro miembro apretadísimo dentro de su vulva.

La muchacha se movió de arriba abajo con urgencia, gimiendo cada vez que esa verga dura la tenía toda adentro de ella. Así se mantuvo ella moviéndose mientras Pelorat aguantaba sus ganas de eyacular. La sensibilidad que Bliss tenía en su vulva, le permitía controlar el coito de modo que cuando sentía que Pelorat comenzaba a endurecerse, bajaba el ritmo y se quedaba mirándolo divertida, mientras que sentía palpitar su miembro dentro de su vulva.

"Ven, ven" le instaba él y la atraía hacia él para besarla

Ella bajaba y colocaba sus pezones endurecidos sobre el pecho de él y lo besaba como él le pedía.

En esa posición, ella enarcaba sus caderas para permitir moverse y que el miembro se deslizara nuevamente por su vulva totalmente mojada. Bliss había perdido la cuenta de las veces que había acabado. Era su característica.

Cuando ella sintió que en esa posición, la verga de Pelorat no se deslizaba todo lo profundamente que ella quería, se levantó nuevamente y esta vez, comenzó a cabalgarlo furiosa. Con los ojos cerrados gritaba de placer manteniendo sus caderas en un continuo movimiento, al mismo tiempo que con su mano acariciaba su clítoris. Enloquecida colocó sus manos sobre las caderas de él, y comenzó el asalto final. Hizo con ese movimiento que todo el grosor de su miembro produjera tal excitación, que el pubis de Pelorat comenzó a cubrirse con los chorros que lanzaba la vulva de la muchacha.

"Aggh, aaggh, aaaggh!" gimió cuando sintió que todo su cuerpo se estremecía y el miembro de Pelorat lanzaba chorros de semen dentro de ella.

Pelorat la atrajo hacia él, y sintió cómo seguía palpitando la vulva de la muchacha alrededor de su verga que, poco a poco perdía su rigidez hasta salir completamente de ella.

Se quedaron abrazados, mientras el corazón de la muchacha seguía palpitando con fuerza aún y sentía los espasmos de su orgasmo bajaban en intensidad.

"Ustedes los 'Aislados', son increíbles!" le susurró Bliss antes de caer a su lado exhausta.

"¿Ustedes, y a qué otro conoce?", pensó por un instante Pelorat mientras sentía que sus ojos se cerraban buscando descanso.

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