La Fiesta (4ªparte El H Dalmata)

Historia Información
Mostrado a público de Nagore, pero ya no soy su esclavo.
4.7k palabras
2.5
5.7k
00
Compartir este Historia

Tamaño de fuente

Tamaño de Fuente Predeterminado

Espaciado de fuentes

Espaciado de Fuente Predeterminado

Cara de fuente

Cara de Fuente Predeterminada

Tema de Lectura

Tema Predeterminado (Blanco)
Necesitas Iniciar sesión o Registrarse para que su personalización se guarde en su perfil de Literotica.
BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí
vlades
vlades
9 Seguidores

La fiesta ( 4ª parte de El hombre dálmata.)

Por las conversaciones de mi futura dueña y mi amada Nagore, descubro el motivo de la celebración. Parece que Nagore es aceptada como una de las actrices principales de una nueva película. No se que grado de aceptación tendrá esa película, pero lo cierto es que hay una gran expectación.

Nagore comenta alegre con mi nueva dueña en lo que bajamos del ascensor, el papel que va tomar en nueva peli. Yumi, que sostiene en su mano la correa la sigue atenta sin comentar casi nada. El ascensor se abre y a salir ambas, me dirigen al temido exterior. Rumbo a la fiesta.

He estado acostumbrado a las visitas en cada llegada de Nagore a la isla. Lo cierto es que no recuerdo ninguna vez que llegara sola. Casi siempre celebra la llegada del verano en cada visita, y mas sobre todo cuando los lugareños expresan tanta alegría por cada visita de la propietaria. Pero ahora es diferente... Con tristeza esta puede ser mi última fiesta en la isla. Ya no podré ver mas con entusiasmos esos días de sorpresa cuando veo llegar a mi dueña en su pequeño avión privado. No se si algún día volveré a la isla, no lo se. No se que pasará una vez que Yumi me lleve a su vida en Japón.

Miro sobre el suelo los pasos de los hermosos pies de Yumi. Tiene una manicura perfecta con esas uñas de un brillo muy elegante. El corte perfecto de cada uña y el contraste que da en su piel morena. Todo hace juego con esas preciosas sandalias de un color metalizado y plata. Agazapado en la vergüenza a medida que me voy acercando a la fiesta, observo cada detalle de sus elegantes sandalias. Su tacón de vértigo y fino... El como de forma perfecta, la cinta envuelve un hermoso pie por el empeine hasta su tobillo. Son cintas finas que de lejos parece no llevar zapatos y andar descalza y en puntillas, como si fuera una bailarina.

Un nudo en mi garganta me ahoga. La correa se tensa y mi collar me obliga a seguir los pasos cada vez mas acelerados de Yumi.

En el salón de estar veo a Samira que baja la cabeza para saludar a ambas damas. Nagore y Yumi apuran mas los pasos y nos dirigimos a la apertura trasera de la mansión. De allí se oyen ruidos de gente riendo bajo un ambiente de música latina. Ahora es cuando trago saliva y me ruborizo como nunca me había pasado. Casi que Yumi tiene que arrastrarme y tirar con fuerza de mi correa.

- Vamos!

Su orden severa no me deja mas opción, y gateo a sus pasos hasta la entrada de la gran carpa.

Me siento un cerdo camino al matadero. No se hasta que punto podré soportar esta humillación. Y es que ahora estoy en una situación diferente a la de antes. Ya no se trata de mi amor por Nagore, ni esa enferma obsesión que me ha llevado ser su mascota para sumergirme en esta fantasía sexual en la cual solamente así, puedo tener contacto con mi amada Nagore. Ahora no cuento con esa fuente que me obliga a cumplir con los deseos de Nagore. Nagore me ha regalado a otra dueña. Me ha rechazado definitivamente para darme dos posibilidades la cual podría haber elegido ser libre. Y ahora estoy aquí, justo en la entrada donde muchos invitados cerca nos miran.

Ya no voy tirado por Nagore como he estado acostumbrado. Ahora la responsabilidad pasa por Yumi que divertida sonríe ante la mirada burlona de los primeros invitados al verme. A medida que me van viendo, unos a otro se dan un codazo para llamar la atención. Al final todos me ven y de ellos salen carcajadas que me devoran la sensibilidad.

Totalmente pintado con todo el atuendo de un dálmata, gateo apenado y con la mirada perdida en los numerosos zapatos entre la multitud. Puedo calcular una cuarenta personas en ese momento, no lo se. Pero los hay de todas las edades casi. Hombres y mujeres que ríen al verme, e incluso algunos se les nota mas acostumbrados a ver estas situaciones.

Unos de los primeros zapatos que reconozco, son los escarpines de la psicóloga Carmen. Junto a ella hay un hombre que la halaga educadamente. Cerca veo sentada en las mesas a la pareja que vino con Nagore en el avión. El resto de pie con las copas en las manos, sus rostros me suenan. Pero la mayoría desconocida para mi.

Me pego a los gemelos descubiertos de Yumi. Todo mi costado se rozan en su rodilla derecha. Puedo sentir la falda suave acariciando mi loma. Así pegado a ella busco esconderme de mi vergüenza, pero ella da tirones para separarme un poco y no tropezar con migo. En ese momento sorprendido veo a mi izquierda dos jóvenes guapas que me que lanzan besos y guiños. Las dos muchachas burlonas al ver que mi mirada se cruzan con ellas se acercan a Yumi...

- Yumi, ¿Que es lo que traes ahí?

Dice una de las muchachas. Esta es morena, pelo largo y suelto, ojos verdes sobre unas facciones finas, como una hermosa joven con mirada de impacto.

- Zelanda, que te parece el regalo que me ha dado Nagore.

Yumi contesta orgullosa.

Nagore se retira pronto del lado de Yumi, y en cuanto se acerca a Lucas, estos ante mi vista se besan y caminan mas alejados de nosotros. Apenado mi mirada baja a los pies de Yumi y los zapatos de ambas jóvenes.

Una de ellas, a la que Yumi llama Zelanda, se da la libertad de acariciar mi loma. La otra mira mi atrás y ve sorprendida, como poco a poco mi glande va saliendo de mi cilindro.

- Que original la de hacer de su polla una cola de animal.

Dice la otra joven castaña. Esta también tiene unas facciones finas como Zelanda y es algo mas alta.

- Está un poco recién ordeñado, pero según Nagore se recupera pronto.

Dice mi nueva dueña Yumi.

Pronto unos dedos rebuscan en mi casi asomado glande. Zelanda me está hurgando y automáticamente, el glande se libera del cilindro y asoma fuerte con los lívidos que me caracterizan.

- Preciosa idea!

La chica que rebusca en mi sexo se muestra encantada por la idea de la artista personal de Nagore.

Pero de repente aparecen mas gente....

- Oye! ¿No le duele los cojones con estas correas?.

Otra chica que señala con el dedo índice sobre mi escroto, pregunta.

- No lo vez?, pero si está gozando!!!

Responde Yumi.

Mi pene erecto ahora es el centro de atención para un círculo de seis mujeres. Estoy desconcertado y tímido ante tanto atrevimiento. Ahora mismo Zelanda aprieta entre sus dedo mi glande y lo mueve en círculo.

- A ver, como mueve la colita el dálmata!

Todas ríen a carcajadas.

Aparecen mas manos sobre mi lomo y algunas nalgadas suaves. Ya no se de quien son. No me da tiempo de controlar quien me toca. Entonces Yumi tira de la correa y me parta del montonsito de curiosos.

- Zelanda y Lorena, si quieren salimos a afuera de la carpa al fresquito.

Yumi llama la atención de esas dos amigas y me lleva con ellas a las afueras de la carpa del salón de fiestas.

Pero antes...

- Ay déjame verlo de cerca!

Dice en aparición para mi sorpresa, Carmen.

Esta me da dos cachetes en mi mejilla y luego levanta mi barbilla...

- Que bien pintado está!

- La verdad que la chica Amaya ha hecho un gran trabajo.

Le responde Yumi que se agacha para atrapar mi glande...

- ¿Te has fijado en el detalle de la cola?.

- Si, la verdad que en un principio pensé que tenía una cola penetrada. Al verlo ahora, veo sorprendida de que se trata de su pene envuelto en ese cilindro virado hacia atrás.

Yo, bien adiestrado, separo mas los muslos ante la mirada de mas curiosos que van apareciendo cada vez que nos detenemos.

Estoy perdido y humillado con una erección imposible de esconder bajo el cilindro. Bajo la cabeza y miro las puntas de los escarpines de Carmen en cuanto esta me suelta el rostro y se levanta para hablar con Yumi.

Yumi educadamente presenta a su dos amigas de la fiesta Zelanda y Lorena.

De repente aparece Nagore y su novio Lucas.

- Carmen, al final le he dado la noticia.

Dice Nagore recogida en los brazos de Lucas.

- Ya veo que ha elegido su destino. Supongo que esta es la clase de vida que desea.

Dice Carmen.

- Yo creo que el mas que amor, o esa obsesión por Nagore, lo que tiene es un deseo enfermo de ser un asqueroso esclavo.

Interrumpe Lucas con una sonrisa.

- Yo creo que las dos cosas están en su mente simple.

Dice riendo Carmen

- Aquí hace algo de calor... Si quieren me acompañan a salir de la carpa.

Invita Yumi.

- Bueno luego voy... Voy un rato a charlar con Leonardo...

Dice Carmen en el cual antes de terminar la frase aparece Leonardo.

- Que tal la fiesta, Carmen!

Dice galante, Leonardo.

- Muy divertido la verdad, y ahora mas! ¿Te has fijado que tenemos mascota?

Ríe Carmen.

El señor Leonardo hace de forma burlona una acaricia en mi loma y pregunta...

- ¿Tiene nombre?

- Tobi, se llama Tobi.

Responde Yumi

Este ríe y luego, de forma galante, recoge las manos de Carmen en su codo, y se la lleva hasta unas mesas.

Nagore y Lucas van al encuentro de otra pareja no muy lejos y se adelanta de nosotros. Yumi por fin decide apartarme de la multitud y me lleva de la correa hasta el exterior de la carpa.

Al salir vemos mas gente que me clavan su mirada. Puedo ver como murmuran descaradamente sobre mi atuendo.

Yumi encuentra un banco libre y se sienta. Zelanda se sienta a su lado y al lado de Zelanda, Lorena. Al final las tres con las piernas elegantemente cruzadas quedan sentadas al aire libre en los mismos jardines de la mansión. La cadena de mi cuello se arquea hasta llegar al fino cuero del mango que sostiene Yumi. Esta me permite bajar mi cabeza y posar mis codos al suelo. Nunca se me ha permitido sentarme como normalmente lo haría un perro. Tampoco el atuendo me lo permite. Así que lo mas fácil es arquear mas mi espalda para evitar la tensión de la correa, y con el culo en pompa y mi sexo mas expuesto, bajo posar mis codos de tal manera que mi barbilla se une en mis dos manos de palmas al suelo. Es la manera que debo tomar, son normas indicadas por Nagore la cual me ha entrenado con habilidad.

La barbilla baja y mi mirada perdida a un horizonte a ras del suelo solo tropieza con los dedos libres de la sandalia de Yumi sobre el suelo. Sin embargo si subo la mirada puedo ver la suela del la otra sandalia que se tambalea con los movimientos de su tobillo. Por desgracia sus muslos están muy juntos con sus piernas cruzadas. No puedo ver mucho bajo su vestido. Ella está tan pegada al respaldo del banco, que sus posaderas y la posible hendidura de la falda, están bien ocultas.

A mi costado Zelanda sube sus piernas y los posa en mi espalda. Aprovecha el arco para acomodar los talones de sus zapatos de ante negro con plataforma interior de la marca Lodi. Sus piernas estiradas bajo unos pantalones de punto gris marengo descansan relajados en mi espalda. De reojo puedo ver la arrogancia con la que me mira. Está muy confiada, y la situación humillante con la que me muestro ante todos los invitados, no le asusta. Puedo suponer que tiene bastante experiencia de estas situaciones.

Al lado de Zelanda está Lorena, cual tiene a disposición de su vista todo mi trasero levantado y mi pene atrapado en el cilindro casi señalándola. Esta esta elegantemente vestida con un vestido negro poliéster de tirantes. Los bordes de la falda contiene unos bonitos estampados blancos. Sus piernas largas y rojizas al sol, calzan unos bonitos zapatos "Gloria Ortiz" de salón, de piel con tacón fino y alto.

- Tu perro se está corriendo solo!

Dice acompañado de una sonrisa Lorena.

Zelanda se inclina al lado de Laura y observa mi pene en erección y palpitando.

- Que va! Lo que suelta son gotas de excitación. Verdad?

Dice Zelanda preguntando a Yumi.

- Ya Nagore me ha advertido de su obsesión sexual. La humillación y su punto exhibicionista le vuelve loco. Debe de estar encantado de estar con nosotras.

Responde Yumi riendo al final.

No le falta razón, y es que mi mirada se entretiene no solo el calzado de Yumi, si no a la vez veo como mas mujeres andan por los jardines mirándome y riéndose de mi situación. Algunas son discretas y otras se atreven a cercarse aunque no conozcan a mi nueva dueña. Las que se acercan pasan lentamente de largo, y clavan su mirada en el cilindro del pene que sale de mi culo, apuntando casi hacia arriba por la tensión de la correa. Todas sorprendida por el tamaño, y el grosor del glande descubierto. Y sinceramente... poco a poco me voy sintiendo cómodo con lo que represento. Me gusta lo que soy, disfruto de ello. Y es que lo que una vez era por estar cerca de mi amada Nagore, poco a poco se está convirtiendo en un descubrimiento de mi ser. Se trata de una manera de vida la cual me voy sintiendo mas cómodo y agradable. Totalmente sumiso y esclavo sin mas voluntad que la de obedecer.

Se que mi pena por Nagore se me quedará clavado para siempre. Y siempre sentiré rabia por ser desechado por un nuevo novio. Por un lado sabía que algún día se iba cansar de tenerme como mascota. Ya por ultimo tenia mas relación con la ama de llaves, que con Nagore. Ni siquiera cuando pasaba mas tiempo en la isla, me dejaba acompañarla a la playa. Al final, Samira le pedía permiso a mi dueña para sacarme en su día libre. Lo que un día era una privacidad con mi dueña, con los años se ha convertido en compartir nuestro estilo de vida con el resto de las nativas de la isla. Al fin al cabo siempre he sido la gran novedad divertida de la isla.

Y ahora estoy viendo a mi derecha a Nagore sentada en la fuente con Lucas. Las manos de ambos se juntan. La mirada de Nagore a los ojos de Lucas son como cuchillos en mi alma. Se la ve muy enamorada, nunca la había visto tan entregada con alguien. Y esta vez me duele mas...

No es el primer novio que comparto con Nagore. Hace unos seis meses estuvo con un italiano, Leandro, el cual nunca le importó que ella tuviera un esclavo o mascota humana. Ellos cuando veraneaban juntos en la isla, nunca le han molestado que duerme en la jaula al pie de la cama de Nagore. Hacían el amor a menudo e ignoraban mi presencia en la jaula. Para mi lo mejor es estar callado y esperar. Fue duro... pero no tanto como la mirada de Nagore ante Lucas. A diferencia de la relación pasada, veo amor en ella.

Triste, mi pene se va escondiendo en el cilindro...

- ¿Se quitará fácil la pintura?

Pregunta Laura mientras la palma de su mano derecha se posa en los cachetes de mi culo.

Curiosamente mi pene responde asomando el glande por el cilindro de nuevo.

- Con agua, aceite y trementina sale según me han dicho. Lo que cuando oscurezca se lo llevaré a Samira para que me lo limpie. Me lo pienzo llevar esta noche a mi apartamento, limpio y desnudo.

Dice Yumi. Luego sus dedos tocan la hebilla de mi collar y...

- El collar lleva el nombre de Nagore. Habrá cambios para el, y los atuendos de hoy supongo que se los dejaré a Samira.

Dice Yumi.

Las yemas de los dedos de Laura juegan en mi escroto aplastado por la correa. Pero algo le llama la atención. Aparta la correa a un lado y libera un testículo hacia el otro lado. Ahora los dos huevos quedan al lado derecho de la correa, y esto hace que se tense mas hacia el plug anal.

- ¿Y este anillo?

Dice Laura cuando descubre un anillo escrotal de oro blanco y un grabado que lee...

- Mascota de Nagore...

Para leer el grabado me retuerce los testículos para poder verlo completo.

- Bueno, ya Nagore me dirá si quiere recuperar ese anillo...

Se ríe Yumi.

Ahora mi saco descansa en la palma de la mano de Laura. Pero una gota moja en la muñeca mientras desesperado palpito para golpear mi glande en su mano.

- Será asqueroso?!!!!

Dice Laura apartando la mano.

Las risas hacen que me ruborice, y ahora mas cuando Laura me da una palmada en el culo...

- Eres un perrito malo!

Zelanda se apunta a la corrección y me da un taconazo en la espalda.

La diversión se interrumpe cuando aparece por sorpresa la señora Paula.

- Hola Yumi!

- Paula! Que tal?, Donde te habías metido?

- Tuve que ir al apartamento para hablar por teléfono con los niños....

Paula es una habitual veraneante de la isla. Tanto ella como su marido ya me conocen, pero esta al verme pintado como un dálmata se ríe a carcajadas.

- ¿Que le han hecho a la mascota de Nagore?

- No, querida. Ya este perro no es de Nagore...

- ¿Me he perdido algo?

- Nagore hace unos días tenía planeado desprenderse de el... Y hoy hemos decidido hablar con el esclavo para darle dos opciones.,,, Irse libre, o ser mío. Y el ha decidido ser mío. ¿Que te parece?

- Curioso la verdad.. Aunque no debe de extrañarme sabiendo que ella tiene planes de casarse en otoño.

Las palabras de Paula me apenan mucho. Realmente me destroza el alma.

- Si la verdad, que con Lucas las cosas le han ido mucho mejor. Y ahora que han firmado para un gran film, las cosas no pueden ir mejor para esta chica.

Triste desconsolado quedo mirando el suelo. No muy lejos están los zapatos de ante y lino de Paula de la firma Casadei. Son la verdad preciosos con piel metalizada tono oro y revestimientos en lino. La decoración frontal en su empeine está acabada con cristales de swarovski como las de Yumi, pero en color miel. Lo encantador de sus zapatos o sandalias, son los vertiginosos tacones de aguja de color brillante y plata.

Quizás de la fiesta, Paula es la que mas elegante. Con sus 42 años luce un vestido de seda con cinturón de plumas muy corto, demasiado corto. Pero su cuerpo atlético y esbelta la rejuvenece a pesar de algunas arrugas en su mirada. El vestido es algo atrevido. Seda color verde, cuello en V y cinturón elástico adornado con plumas. Sus piernas quedan libres al aire con los relieves bien dotados y bronceados. El vestido apenas tapa los muslos.

- ¿Y Thomas?

Pregunta Yumi.

- Está en la entrada con Leonardo.

De repente Carmen hace aparición a nuestro encuentro.

- Hola Paula, desde que vi tu marido te estaba buscando. ¿Que tal los niños?

- Muy bien gracias.

Paula tiene dos hijas al cuidado de su niñera en Madrid.

Yumi hace las presentaciones de sus dos amigas a Paula. Y al final ya no queda nadie sentado en el banco. Las cinco mujeres de pie comienzan a intercambiar palabras. Mika aparece con una bandeja de bebidas diferentes y cada una de las cinco mujeres cogen su copa. Entonces las conversaciones se centra en temas cotidianos que empieza a aburrirme.

Aprovecho para desviar mi atención hacia la fuente, donde esta Nagore. Triste veo como ella se ausenta de la presencia del resto de invitados, para fijar su mirada en Lucas. Esto me duele, pero como en un instinto masoquista, yo no pierdo detalle de cada beso y cada abrazo que recibe de Lucas.

La cadena holgada de mi collar, descansa a un lado de mi rostro. El mango de cuero cogido por la mano de Yumi, me recuerda mi sitio. Ahora que las mujeres hablan de temas diferentes que no sea mi humillante situación, mi erección vuelve a esconderse en el cilindro. Esta es la prueba de mi tristeza al ver a Nagore tan lejos de mi, besando a Lucas.

Derepente la silueta de una mujer algo entrada de peso pasa por delante de Nagore y Lucas. No le doy importancia como otras mujeres y hombres que han pasado hasta que... Dios! Un hombre desnudo anda tras ella con tan solo un collar de perro y un corsé de cuero negro, bien apretado en su cintura. Ahora parece que no soy el único con este rol. Ese hombre le lleva el bolso en un codo, y una bandeja con su bebida. A la señora no la conozco. Pero tampoco debería extrañarme, ya que Carmen ha traído algún que otro hombre que juega con este capricho sexual. No he sido el único en esta isla.

- Mira quien vino! Aclama Yumi que también se percata.

- Oh! Parece que ya ha llegado el último barco al puerto. Responde Paula.

Lo cierto que tras ella se van acoplando mas gente que ya llevan unos 20 minutos en la fiesta. Supongo que hace mas de media hora su barco a atracado en el muelle. Cada vez veo mas gente que hasta igual, Nagore no conoce.

La mujer es la única que porta un esclavo. Esta se dirige a un grupo de personas que ríen al ver a su sumiso. En el podría verme reflejado al ver como las miradas pasan por encima de su ser, como si el fuera un objeto de uso. El grupo de personas están sentadas sobre unas cómodas sillas de mimbres al rededor de una mesita llena de copas. La señora se sienta bajo la humacera de tabaco en una de las sillas. Su esclavo al lado se arrodilla ofreciendo la bandeja cerca del alcance de la señora. Y ella coge su copa.

vlades
vlades
9 Seguidores
12